Una vez liberado este blog de las obligaciones del MOOC #EduNarraMooc que seguirán en el blog PLE de #Jerby, retomo mis actividades cuenteras.
En muchos cuentos, aparece un consejo de ancianos. Sin embargo, en este blog, aparece hoy por primera vez un consejo de ancianas.
Imagen vía Pinterest
Actualmente, con Internet, creemos que ya lo sabemos todo. Pero la información no es conocimiento.
El futuro será femenino o no será.
Somos parte de la Tierra; es más, somos la misma Tierra y sin embargo, nos comportamos como auténticos matricidas. No pondré ejemplos para no herir sensibilidades.
Pero no está todo perdido. Nuestro simpático consejo de ancianas no surgió de la noche a la mañana, sino de largos intercambios de conocimientos durante varias generaciones.
Modestamente, podemos empezar por algo muy sencillo. Un simple tablón de corcho donde ir colocando lo que sabemos y lo que nos gustaría saber. Seguro que hay alguien alrededor con quien puedes compartir dudas y conocimientos.
Si en tu entorno más inmediato no llegas a contactar con esas personas, puedes intentarlo por la red. A modo de ejemplo y sin que sirva de precedente:
‘Cambalache educativo’ #cambalacheducativo https://t.co/3JrlWyuaKJ por @ratonbloguero vía @listly #EduExpandida #EduNarraMooc
— #Jerby (@ratonbloguero) 15 de mayo de 2016
Muchos consejos de ancianas comenzaron como un simple cambalache educativo intercambiando lo que sabían hacer cada una de ellas, hasta que alcanzaron un conocimiento colectivo.
No sé exactamente quién lo dijo algún día pero está claro que el conocimiento se ha de compartir pues conocimiento que no se comparte, muere.
Besos enormes.
Me gustaMe gusta
Mag, bicheando por la red, he dado con esta poesía:
Moneda que está en la mano,
tal vez se deba guardar.
La monedita del alma
se pierde si no se da. (Antonio Machado)
Cambia alma por conocimiento y viene a decir lo mismo.
Me gustaMe gusta
Pingback: Reto 4 Cuento reciclado: ratones de biblioteca | Narrativa Digital