Este cuento surgió durante la segunda semana del Taller de la Imaginación en Isla Imaginada. Contar estrellas y a las estrellas conlleva más imaginación de lo que parece a simple vista.
Creo que para empezar este cuento, es mejor que sepas dónde habito.
Habito en la galaxia del ratón, actualmente, llamada de los ratones. Pero con el tiempo, serán solo uno.
A las estrellas de mi galaxia, no les hago mucho caso porque quién sabe dónde y cómo acabarán.
Sin embargo, me he fijado en una pequeña luna de una lejana y, a la vez, próxima isla llamada Isla Imaginada. Si sigues este blog, ya sabes que la luna se llama Qamar.
En mi galaxia, la vida transcurre según las inexorables leyes del tiempo, de la gravitación, de la relatividad, del electromagnetismo y de algunas más que los humanos están todavía por descubrir.
Sin embargo, en Isla Imaginada, la vida transcurre según la fluida ley de la imaginación.
– Cuéntame algo de las estrellas -me pide de vez en cuando Qamar.
Entonces, me dirijo a una zona muy determinada del universo, cuento un número razonable de estrellas y creo un cuento solo para ellas. Esas estrellas, en agradecimiento, me cuentan su historia que es la que transmito a Qamar.
– Cuéntame más -insiste mi pequeña luna.
Repito la operación en otro lugar del universo. A veces, si estoy muy inspirado, reúno estrellas de varios lugares y les creo otro cuento exclusivo para ellas. La historia que me devuelven entonces a cambio suele dejar sumida a mi querida luna en uno de sus nudos.
Algunas veces, Qamar y yo nos planteamos si contar estos cuentos a los humanos.
– No creo que los entiendan -se nos escapa al unísono.
A lo más que han llegado a ver los humanos en las estrellas son los zodíacos; pero en no todas las regiones ven los mismos signos. Aún así, te pasaremos de vez en cuando un cuento de estrellas y tú ya nos vas diciendo…
Y un universo entero, estrellita más estrellita, se abrirá ante los ojos incrédulos de quienes se quedan solo a un lado de ellas.
Qamarbesis, Ratoner
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Qamar, al fin y al cabo, los humanos son polvo de estrellas.
Sin embargo, los seres imaginados como nosotros podemos ser estrellas directamente.
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😀 😀 😀 ¡Nunca se acabaran las estrellas! ¡Nunca se acabaran los cuentos! ¡Viva la imaginación!
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Martes, no sé si alguna vez se acabarán las estrellas. Lo que sí sé es que mi tiempo no me da para contarlas todas.
Y sobre la imaginación, todo lo que el ser humano ha hecho, para bien y para mal, lo ha imaginado primero.
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😀 😀 😀 Habrá estrellas mientras haya una imaginación que las cuente.
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Por mi, espero que no falten nunca estrellas por contar, ni imaginación para vivir.
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Nona, estate tranquila porque el día que se acaben las estrellas, nos acabaremos con ellas.
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