La semana pasada ocurrió una de esas mágicas coincidencias que se suelen dar en Isla Imaginada.
Justo el día anterior a la publicación de El Articulador en este blog, Martes de cuento había publicado en el suyo La abuela tejedora. Daba la sensación de que aquellos cuentos estaban relacionados, aunque cada cual los publicó por su cuenta.
Entre los comentarios, surgió la expresión tejedor de sueños que ha dado pie a estas letras.
Para la gente joven, la red, internet o como cada cual quiera llamarlos, puede parece algo natural. Incluso, se ha acuñado el término nativos digitales.
Pero, para quienes ya peinamos canas, no deja de ser un sueño que podemos tejer y destejer continuamente. Podemos hacer volar ballenas y jugar con niños de ganchillo de forma que parezcan casi reales.
La imaginación, que hasta hace poco era más bien patrimonio de la infancia, se puede dar ahora en cualquier edad. Basta poner una palabra en cualquiera de los buscadores que pululan por la red y te saldrán cientos de textos e imágenes. Muy inútil tienes que ser como para no coger cachitos de todo eso y crear algo nuevo.
Puede que no sea exactamente nuevo. Pero al menos, para ti, sí; porque no habías visto antes esa combinación.
Y, sin embargo, con frecuencia, te da vergüenza compartirlo con los demás.
Vídeo vía Trevino Art
Mucho me temo que la imaginación seguirá sin ser una competencia transversal en el futuro. La camuflarán como innovación, creatividad o cualquier otra cosa que pueda hacer caja. Pero el placer de juntar palabras y darles sentido, ritmo,… incluso, poder dibujar con ellas se seguirá considerando cosas de niños.
Sin embargo, escuchar como un lápiz traza su curso sobre un papel y que este te va respondiendo para que todo vaya encajando poco a poco puede que no necesite tanta tecnología. ¿O sí?
Donde esté la chicha que se quite el caldo… Para mí hay un encanto especial en el roce de la punta del lápiz sobre todo un mundo virgen donde plasmar la imaginación. Ya no entro en los inconvenientes de equivocarse, de buscar y demás… Hablo de otro sentir.
Muy bien traído, Ratón.
Besitos. Qamarbesis.
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Qamar, mientras no aprendamos que el error forma parte del aprendizaje, siempre nos dará miedo dibujar. Y me refiero a cualquier tipo de dibujo.
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En Isla Imaginada, lo cierto es que cada uno va a su aire y poco importa lo que piensen los demás de la imaginación y sus etiquetas, si alguien decide que las ballenas vuelan, ¡las ballenas vuelan! 😀
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Van tan a su aire, que parece que todo flota en Isla Imaginada. 😀
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😀 😀 😀 En parte es así 😉
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Eso es lo divertido de escribir para niños, para ellos todo es posible. Es maravilloso verlos descubrir el mundo. El dibujo sigue siendo una asignatura pendiente para mí, pero me ha «picado» el bichito y me dieron ganas de intentar. ¿Les digo un secreto? ¡Creo en las ballenas voladoras!
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Capicuentos, en Isla Imaginada, te he dejado información de un curso que te va a interesar. Vas a poder ilustrar sin saber dibujar.
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