#Jerby se va a vivir con Garrampas

Más pronto que tarde, ya sabías que esto iba a ocurrir. Lo que puede que no tengas tan claro es cómo es la convivencia de un ratoncito de ciudad y una ratita de campo.

El ratoncito azul cada día llevaba peor no poder ver a Garrampas todos los días. Es cierto que su imaginación era muy vívida y, además, la tenía todas las noches en sus sueños. Pero aquello ya no le bastaba.

Así que un día, cogió su ordenador cuántico y se dirigió a la casita de Garrampas para ver si podía vivir con ella.

A la ratita no le disgustaba la idea. Pero no estaba muy segura de si el ratoncito podría acostumbrarse a una vida sin las comodidades de la ciudad. Así que le pidió que estuviera un mes sin tocar el ordenador y pasado ese tiempo, ya vería según cómo reaccionara.

#Jerby aceptó aunque también tuviera sus dudas. Al menos, a los dos, les gustaba la lectura y se pasaban mucho tiempo en el rincón de los libros.

Imagen vía Pinterest

Leyendo, leyendo, el mes de prueba se pasó sin apenas darse cuenta. Y ahora era #Jerby el que quería saber cómo se llevaría Garrampas con la tecnología.

Lo primero era volver a conectar el ordenador que, después de un mes sin funcionamiento, se había quedado sin batería. El ratoncito se había traído los planos de un aerogenerador que pensaba instalar en lo alto del árbol donde vivían.

– ¡Tonto! ¿Para qué me tienes a mí? ¡Agarra bien el ordenador! -sonrió Garrampas.

Se quitó el colgante de orgonita y le dio tal beso que la batería del ordenador se cargó para toda la semana.

Ahora solo faltaba saber qué iba a hacer con su casita digital. La solución fue más fácil de lo que pensaba; gracias a los amigos que encontró por la red, la convirtió en una tienda digital; aunque contrató a un amigo suyo para que siempre hubiera una persona presente para los menos hábiles con la tecnología.

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