Lo bueno de la Navidad en Isla Imaginada es que cada cual se la imagina como quiere.

Imagen vía Pinterest
Reconozco que el año 2017 ha sido algo complicado para mí en este blog. Sobre todo, cuando me dí cuenta de que era un ratón cuántico y empecé a montar la oficina imaginada.
Así que lo primero que tengo que hacer cuando publico un cuento es aclararte quién lo está contando. En este cuento, es Ratoner, el ratoncito enamorado de su musa, la lunita Qamar. Puedes seguir las aventuras y desventuras de esta simpática pareja en la colección Luna ratuna.
Qamar también tiene una colección en su blog de cuentos para esta pareja: Las aventuras de Ratón. Allí, soy simplemente Ratón. Ya te dije que esto de ser ratón cuántico es muy complicado.
Como te decía al principio, en Isla Imaginada, cada cual se imagina la Navidad como quiere. Qamar y Ratoner ya hemos intercambiado regalos, que son nuestros cuentos, creando una agenda imaginada. No tenemos ningún problema en mostrarla, pero preferimos mantenerla privada para que haya un halo de misterio en lo que vamos a ir publicando durante el año que viene.
Una vez que se ha creado la Oficina de Cuentos (no confundir con la oficina imaginada), la luna y el ratón podemos dar rienda a nuestra imaginación sabiendo que ya se encargan otros habitantes de la Isla de los asuntos más técnicos.
Para nosotros, la Navidad es un época de renovación. Como puede ser el año nuevo para el común de los mortales. No deja de ser curioso que el año nuevo humano se celebre en distintas fechas según las distintas culturas.
Para Qamar, es una alegría ver como el Sol renace de nuevo cada año durante el solsticio de invierno. A ella, no le importaría que fuera noche perpetua en la Tierra y así poder brillar con más esplendor. Pero, como la ve desde afuera, sabe que si en una parte de la Tierra fuera noche perpetua, en otra sería día perpetuo y los humanos de esa zona no la podrían ver.
Vaya lo uno por lo otro.
Me ha encantado, Mi Ratón 🙂
Es una forma sencilla y práctica de contar todas tus aventuras… y tus ubicaciones. Menos mal que la luna entra sin llamar y puede ver desde fuera porque si no, ya se hubiera vuelto loca. Bueno, algo lunática es 🙂
Un besito muy grande porque tú eres muy, muy grande 🙂
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Mi querida Qamar
Ojalá pudiera entrar en la red sin llamar como haces tú. Pero cada vez hay más protocolos y como te olvides de una URL, ni te cuento.
Pero vamos, poco a poco, me voy organizando.
Besitos
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