Selecciona bien tus lecturas cuando vayas de viaje.
Todo comenzó con esta conversación en Facebook.

Imagen vía Pinterest
Parece ser que no hay acuerdo por qué ocurrió aquello, pero pudo haber sido así:
Mudads era un embalsamador del antiguo Egipto que trabajaba por su cuenta; lo que hoy llamaríamos un trabajador autónomo. No estaba al servicio de ningún amo ya que su trabajo solo era necesario en unos momentos muy particulares de la vida de cualquier ser humano: el de su muerte.
Mudads era conocido, además de su buen saber y hacer como embalsamador, por su exquisita selección en los objetos que acompañarían al difunto en su viaje al más allá. Esto lo hacía después de una exhaustiva entrevista con los familiares del fallecido.
Ocurrió que un día, la fallecida era una señora a la que le gustaba la lectura. En aquella época, no estaba bien visto que las señoras leyeran. Solo se les permitía a ciertas mujeres de la corte por motivos muy estrictos.
El caso es que, después de la exhaustiva entrevista, estaba claro que había que poner algunos libros en el sarcófago. Pero por entonces, estaba en vigor un edicto por el que no se podía poner libros en los sarcófagos de las mujeres… por si aprendían más que los hombres en el viaje al más allá.
Mudads pensó y pensó y no encontraba solución alguna. Hasta que un día llegó a sus oídos casi por casualidad la existencia de un texto etrusco escrito sobre lino. Removió cielo y tierra hasta dar con él y vio que era ideal para envolver el cuerpo de la difunta lectora.
– Pero mi tía no sabe leer etrusco -observó un sobrino de la fallecida-.
– No se preocupe -sonrió Mudads-, el viaje al más allá es tan largo que seguro que, por el camino, le dará tiempo a aprenderlo.
Nota.- Si quieres poner a tu hijo un nombre de origen egipcio, clica AQUÍ.
¡Toda la eternidad para aprender etrusco! 😀 😀
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Martes, etrusco y todo lo que se le eche por delante… 😀
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Si Mudads estuviera en nuestros tiempos se quedaría sin trabajo. Al 80% los enterrarían con el celular. =S ¡Me encantó el cuento!
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Capicuentos, y si me apuras, ya que aumentan el número de incineraciones, no serían tan extrañas las urnas con un pequeño hueco para el celular… Nunca se sabe si puede llegar alguna llamada del más allá… 😀
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