La oficina ratuna es de cuento.
La semana pasada fue sabática digital. Es decir, no toqué el correo ni las redes sociales.
Eso sí, aproveché para releer algunos libros en papel y escribir mucho en papel. Todo ello me sugirió algunos cambios en este blog que iré desarrollando en las próximas semanas.
Pero lo primero es presentarte de qué se compone mi oficina ratuna.
Oficina de Cuentos
Como sabes, este blog está dedicado a la literatura infantil y juvenil (LIJ). Pero no es un blog para niños, sino para quienes escriben para niños.
Mi formación literaria es bastante sencilla, pero mi formación bloguera empieza a tener cierta importancia. No es lo mismo escribir en papel que en la red.
La diferencia puede ser tan sutil como la que hay entre un texto y un hipertexto. Si sigues sin entenderlo bien, te sugiero que te pases por esta página.
En ella, encontrarás una serie de servicios reales o imaginados que te pueden ayudar a convertir tus textos en hipertextos. Para cualquier consulta o sugerencia puedes utilizar este contacto o dejar un comentario en este post; te atenderé lo antes posible.
Oficina Imaginada
Como te contaba, soy más bloguero que cuentista. Un blog de cuentos no se puede parecer a un blog de marketing.
La imaginación no se puede vender.
Imagen de la Red
Verás que este blog tiene muchas pestañas en su menú y muchas referencias en su columna lateral; en una de las cuales, encontrarás la colección Oficina imaginada. En ella, hay consejos y sugerencias para mejorar tu blog de cuentos. Este post también pertenece a dicha colección.
En esta oficina imaginada, me está ayudando la maga Erika que también ha publicado algunos consejos blogueros.
Por supuesto que verás otros blogs de cuentos mucho más simplificados. Intento en la medida de mi capacidad que este blog también te sirva para alimentar tu imaginación.
Como ves, la imaginación no se puede vender; pero sí se puede alimentar.
Cuatro Vientos 