Los ratones azules no saben de navidades.
Este cuento va dirigido a mi querida musa, la lunita Qamar y forma parte de una cadena navideña que comenzó con El ratón de los cómics.
Además, es una precuela de este.
Los ratones azules saben de fiestas y saraos.
Llegaban las navidades a Isla Imaginada y los ratones azules seguían a sus cosas. El resto de los ratones de cuentos les preguntaron si no sabían qué era la Navidad.
– Pues no, ¿qué es la Navidad?
– Es una época del año de felicidad donde la gente se reúne, come, bebe, hacen fiestas y cenas y se hacen regalos.
– ¡Ah, bueno! De fiestas y cenas, sabemos algo.
#Jerby, Ratonet y Ratoner recordaron entonces sus fiestas y cenas en la galaxia de los ratones y cómo una agujero de ratón les trajo a la isla.
Pues no se hable más, dijeron el resto de ratones, este año os toca a vosotros preparar la cena y la fiesta de Nochebuena.
– Si solo es eso -respondieron al unísono-, por nosotros, encantados.
Antes de preparar nada, se documentaron sobre qué era aquello de la Navidad. Además de comer, beber, fiestas y regalos, parecía que la Navidad tenía que ver con cierta estrella.
– En la isla, tenemos la estrella Azul… empecemos por ahí.

– ¿Os puedo echar una mano? -apareció la lunita Qamar.
– Por supuesto… todas las manos son pocas.
Qamar les contó que una cena de Nochebuena suele estar compuesta de una cordial bienvenida, un plato especial y una velada de fantasía.
Para la bienvenida, pensaron en los abrazos azules; para el plato especial, una pizza azul; y para la velada, un cadáver exquisito… no todo iba a ser azul.
Y para beber… quedaría perfecto un ponche de arándanos.

Me parece estupendo, les dijo Qamar. ¿Puedo participar? Por supuesto.
Y la lunita azul y los ratones azules se enfrascaron en la preparación de la cena de Nochebuena que esta vez iba a salir un poco más azul que de costumbre.
¡Vaya cena ! que preparaste…Creo que tan sólo te faltó unos toques AZULES de decoración. Aunque conociendo a Qamar, estoy segura que ya se encargó ella.
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Querida Lili
Creía que se notaban los rayos azules de luna que inundaban el comedor. Gracias por recordarlo.
Besitos
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