La imaginación está donde tú quieras que esté.
La noticia de la próxima desaparición de Isla Imaginada había recorrido todo el bosque hasta llegar a Garrampas.
Garrampas siempre había tenido bastante imaginación por lo que la noticia no le preocupaba tanto. Aún así, quería conocer la opinión de los otros ratones de este blog.
Lo primero que hizo es hablar con Ratonet para invitar a los ratelfos a una charla cerca de un arroyo. Puede que tuvieran que hablar mucho y el agua fresca siempre vendría bien.
Además, el murmullo del agua le avivaba la imaginación; a veces, la ratita era capaz de escuchar palabras en el agua.

Dicho y hecho. Enviaron un mensaje cuántico por el ordenador junto con una foto del lugar propuesto para la reunión. A las pocas horas, recibieron la confirmación de que iban a asistir.
Todos pensaron que la reunión duraría unas cuantas horas; una Isla Imaginada no desaparece todos los días y reimaginarla no iba a ser nada sencillo.
Sin embargo, cuando se encontraron e intercambiaron las miradas, intuyeron que no tenía que ser tan complicado como parecía. No había que reimaginar toda la isla; bastaba con reimaginar el bosque donde vivían.
– Pero, ¿y el resto de habitantes de la isla? -preguntó Garrampas.
– Supongo que tendrán que reimaginar su parte -respondieron los ratelfos-. Aunque siempre les podemos guardar un espacio en el bosque.
La imaginación no es algo tan sencillo; aunque ellos contaban con sus ordenadores cuánticos que facilitaban mucho esas cosas.
Tiene que haber algo en este blog que sirva de taller o algo parecido por si alguien está perdiendo la imaginación y no puede reimaginar su parte, pensó para si Garrampas.
– No te preocupes -le tranquilizó Ratonet que le leía los pensamientos-. Hace tiempo, hicimos este juego.
Ratonet comprobó con horror que algunos enlaces estaban desapareciendo… (continuará si tienes imaginación)
No hay duda de que todo está en nuestra imaginación y más allá. Nos volveremos a encontrar como los arrieros en los caminos. Yo, sin duda alguna, me haré una casita en ese bosque.
Un beso.
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Querida Qamar
Para una luna, lo propio sería una casita en la copa de los árboles. Así estarías más cerca del cielo.
Besitos
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