Ratonlab es un ratón con laboratorio.
Habrás leído muchos cuentos en los que los ratones hacen cosas por las noches que los humanos no acaban de entender.
Ya te presenté en otro cuento a Ratonlab. Y te conté que era muy difícil de ver.
Pues bien, ha sido descubierto con una de esas cámaras experimentales.
El electricista de aquel taller no entendían cómo podía estar todo organizado al día siguiente cuando siempre quedaban piezas sueltas la noche anterior.
Pero al ser descubierto, la vida del pequeño roedor podría correr peligro. No tanto por el electricista que por fin descansó al saber que no tenían ningún fantasma nocturno.
Sino porque el vídeo se había hecho viral.
Poco a poco, el taller comenzó a recibir turistas. Primero, unos cuantos; pero, en unas semanas, era tal la cantidad de visitas que apenas se podía trabajar con tanta interrupción.
Tengo que llevar a Ratonlab a otro sitio o no podré trabajar a gusto, se dijo para si mismo.
¿Pero dónde podrían llevarle que no le pasase lo mismo?
Aquel electricista era también bloguero y se enteró de que se estaba creando un Bosque Imaginado al desaparecer la Isla Imaginada de la red.
Así que escribió a este blog el siguiente mensaje:
Queridos vecinos del Bosque
Tengo un ratón que me ordena el taller por las noches y todo el mundo quiere verlo, por lo que no me dejan trabajar.
¿Podría ir a vivir al Bosque Imaginado?
Gracias
Electricista del taller del ratón
Se convocó una reunión del Consejo de Imaginación del Bosque para tratar el tema y vieron que también les podía pasar algo parecido.
– ¡Ah! -exclamó Qamar- Podríamos ocultarlo en la cueva de los ratelfos. Allí nunca lo encontrarán. Pero no sé que podría ordenar porque los ratelfos son muy organizados.
Excelente idea, dijo el consejo. Y empezaron con los preparativos del viaje.
Cuatro Vientos 