El Consejo de Ancestras

Doña Fuencisla seguía organizando cosas e ideas.

Un día, cayeron en sus manos estos dos relatos y no tenía muy claro en qué ramas ponerlos.

• Meditación.
• El Consejo de Ancianas.

Imagen y micro de Lídia Castro.

Doña Fuencisla nunca había meditado. Es más, le daba miedo todo lo que sonase a esotérico. Para ella, meditar era poco más que pensar sobre una cosa más de lo debido.

Pero lo que sí le gustaba era imaginar.

Otro día cayeron en sus manos estas extrañas palabras:

Cuando reflexionas, te comunicas con el Universo. Cuando meditas, el Universo se comunica contigo.

Hipnosis y Psicotraining

Si ya le daba miedo la meditación, la hipnosis ni te cuento. Pero le pareció muy bonito lo de comunicarse con el Universo; aunque este no le respondiese.

Así que siguió reflexionando y organizando las cosas e ideas por ramas hasta que… un día ocurrió: el Universo se comunicó con ella.

El Universo es muy listo y sabía que, si se comunicaba directamente con la buena señora, le podría dar un patatús de la impresión.

Así que aprovechó una de las siestecitas que doña Fuencisla se echaba a la hora del té para presentarse en uno de sus sueños como un grupo de mujeres de su edad vestidas con trajes de distintas épocas hablando de sus cosas.

Como era febrero, pensó que sería algo del carnaval y se acercó al grupo de mujeres para ver de qué estaban hablando. ¡Cuál no sería su sorpresa al ver que estaban hablando de cosas a las que ella misma había dado tantas vueltas!

– ¿Puedo participar en la conversación?

– ¡Cómo no! -le respondieron a coro-.

Doña Fuencisla tuvo más sueños como ese en los que participaba alegremente en las conversaciones.

Un día reconoció a una de las mujeres con las que conversaba en sus sueños en una foto de un reportaje de prensa hablando de mujeres ilustres del pasado.

Desde entonces, bautizó a su grupo de amigas oníricas como consejo de ancestras porque ya formaban parte de su familia.

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