Todos los ratones somos resilientes.
Solo que algunos son más resilientes que otros. Entre ellos, cabe destacar Ratonyl.
Ya te hablé algo de él en el post de las vacaciones 2020.
Pero ha sido con el reto de Lídia de este mes de noviembre cuando lo he visto con más claridad.
Esta ha sido mi propuesta para el reto.
No me ha dado tiempo a leer todas las propuestas de mis compañeros, pero intuyo que todos han hecho lo imposible para que el ratoncito no cayera en las fauces del zorro a pesar de lo obvio de la situación.
Y en caso de que eso ocurriera, el ratón sería convenientemente vengado. O el ratón moriría de otra manera. O que el zorro… (puedes ver todos los micros en este post de Lídia).
Pues bien, el bueno de Ratonyl publica casi todas las semana en su blog #Nysmo, mezcla de nihilismo y minimalismo a la que añade algo de budismo y mayéutica (no te pongo enlaces para no hacer farragosa la lectura).
Como comprenderás, casi nadie lo lee; pero… imagina por un momento cómo te sentirías si la pandemia se llevase por delante algo que te fuera necesario o muy querido: tu casa, tu pareja, tu trabajo,…
Incluso ya se está hablando de la fatiga pandémica. Estas son algunas sugerencias para paliarla:
- Identifica en qué momento te encuentras, cuáles son las emociones, pensamientos y/o conductas que te hacen sufrir y las que te ayudan.
- Mantén tu atención en cómo gestionas tus recursos, en las cosas que sí puedes hacer en mitad de esta pandemia.
- Actúa utilizando las estrategias que ya tienes o que has aprendido y que más te ayudan en tu caso.
- No olvides pedir ayuda si lo necesitas.
Curiosamente, estas son las cosas que llevamos haciendo los ratones toda la vida.
Cuatro Vientos 