Vacaciones de Invierno 2020

Al final, me voy a tomar unos días libres… o casi.

El curso de laboratorios ciudadanos en el que me embarqué a principios de este curso parece que no tiene fin.

No voy a entrar en detalles porque posiblemente has llegado a este blog buscando literatura y no penas.

Se podría montar un buen relato con lo ocurrido en dicho curso y algo bueno ha tenido. Aunque solo sea por la gente que he conocido, ya ha merecido la pena.

Ya que estamos, me gustaría hacer una mención especial a Florencia de Monterrey, Nuevo León, México. Sin la cual, posiblemente no hubiera podido acabar el curso.

Ella tenía pensado el personaje de una chicharra que hubiera dado mucho juego en el Bosque Imaginado.

Pero el tiempo da para lo que da.

Obviamente, no sería la chicharra del cuento tradicional porque ella es muy trabajadora… una chicharra trabajadora… cómo cambiaría el cuento… y la hormiga, ¿qué haría entonces?

Es algo que podríamos saber algún día… o no.

Otra cosa importante que ha dado dicho curso, esta vez más literaria, es la creación del club literario Bosque Imaginado. Aunque al final no pudo entrar en el curso porque los tiempo literarios no encajan con los experimentos.

No fue un viaje del héroe porque en esta aventura literaria siempre he tenido a mi querida musa, la lunita Qamar, a mi vera.

Viendo todo en conjunto, me reafirmo en mi viaje del nómada llevando cada vez menos cosas en mi mochila. Con un cuaderno y un bolígrafo se puede sacar un mundo de la nada.

En cualquier caso, como dirían los griegos clásicos que tal vez copiarían de culturas orientales anteriores, lo primero que tienes que hacer cuando te embarques en una aventura es buscar compañía.

Volveré con mi actividad literaria habitual el 10 de enero de 2021 espero que más despejado.

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