Este relato viene de aquí.
Supongo que te quedaste con las ganas de saber qué pasó con el ratón y el búho… pues aquí lo tienes.
a Dama de las Nieves se encontraba cerca del Bosque Imaginado. No sabía cómo había llegado allí.
Sobre su hombro llevaba un precioso búho nival al que nunca le había puesto nombre. Eran sus ojos cuando viajaba por terreno desconocido… y este lo era.
Cuando lo consideró oportuno, lanzó el búho al aire para ver qué había más allá de donde se encontraba.

Al pronto, encontró un grupo de seres variopintos en lo parecía una especie de celebración. Se apostó en un árbol próximo hasta ver la ocasión de atrapar a uno de ellos.
En un momento determinado comenzaron a jugar al escondite en la nieve: era la oportunidad que estaba esperando.
Se fijó en el que estaba más lejos del núcleo de la fiesta y se lanzó a por él.
El ratoncito no lo vio venir. Pareció salir de la nada o mejor dicho de la propia nieve cuando lo atrapó entre sus garras. El roedor dio su vida por perdida.
– No te voy a comer por ahora. ¿Qué es este extraño lugar?
– Es el Bosque Imaginado y estamos celebrando las Fiestas Lunares.
Como pudo, le detalló en qué consistían aquellas fiestas y que estaría encantado de que pudiera participar en ellas.
La lunita Qamar que había contemplado toda la acción desde lo alto de Bosque, corrió presurosa a presentarse a la Dama de las Nieves para evitar males mayores.
La Dama había sido anteriormente una poderosa maga solar a la que los dioses habían castigado a las nieves perpetuas por intentar ayudar a los humanos. Pero era la primera vez que se encontraba en unas nieves imaginadas.
Qamar le contó la historia del Bosque y la invitó a las fiestas que se estaban celebrando. Ésta llamó a su búho y se dirigieron a las festividades.
Como el búho no tenía nombre, le llamaron Nival para poder dirigirse a él y le presentaron a la bruja Coruja y al cuervo Yatagarasu para que conversara.
Cuando acabaron las fiestas, Qamar y la Dama se despidieron. La lunita le regaló un frasco con agua de plata para que pudiera volver cuando quisiera. También le dijo que no se preocupase por su maldición: en el Bosque Imaginado siempre nevaría cuando ella volviese.
¡Ah! Ratonet y Nival se hicieron amigos… pero eso ya lo sabías al empezar el relato.
¡Me ha encantado! Todos tan amigos. Cuando los seres desean entender, se entienden. Lo que nos hace diferentes es lo que nos une, cuando hacemos que esas diferencias no sean prejuicios.
Es una historia preciosa , como el búho.
Un beso enorme y que nieve cuando llegue la dama de las nieves pero que avise, que mande antes al búho :-9 🙂
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No te preocupes por la nieve. Nival y Yatagarasu siguen en contacto y avisarán de la visita de la Dama con tiempo.
Sobre el entendimiento, es más fácil llegar a acuerdos desde la imaginación y la fantasía.
Besitos 😘
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Es precioso 😻 me ha encantado. Enhorabuena 👏. Un saludo
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Me alegro!
Me encanta que los personajes de Escribir Jugando se pasen de vez en cuando por el Bosque Imaginado.
Besitos 😘
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