
Había una vez una doncella que suspiraba con conocer a un unicornio. Hacía mucho tiempo que la fantasía había desparecido de aquel reino y concretamente, en su pueblo, parecía que nunca había pasado por allí.
Un buen día, apareció por el pueblo un juglar que conocía varias artes. Además de cantar, era un consumado dibujante y para que sus romances no se perdieran en el olvido había compuesto cuadernos de dibujos para su repertorio y que ––por supuesto–– vendía a muy bien precio aparte de su actuación musical que dependía de la voluntad del público.
A la doncella, que se llamaba Aldara, le gustó un romance en especial en el que aparecía un unicornio.
Al acabar la actuación del juglar, Aldara se dirigió a él preguntándole más detalles sobre el romance en el que aparecía el fabuloso animal. El juglar la llevó a un aparte y le comentó que aquella historia era muy peligrosa porque podía despertar la fantasía y la imaginación de quien la escuchara; así que solo había cantado un pequeño resumen para no complicar la vida a su público.
Tanto le rogó Aldara con unos ojos llenos de ilusión y lágrimas que el juglar no tuvo más remedio cantarle la versión completa vigilando con mucho cuidado que no la oyera nadie más.
––¿Y yo podría ver alguna vez algún unicornio? ––le acabó preguntando la joven.
––Si sigues las instrucciones del romance sí ––le respondió el juglar––. Pero te recuerdo que es muy peligroso.
Entonces, Aldara le dijo que le esperase un momento para traerle sus pocos ahorros y así poder comprar uno de los cuadernos de dibujos para no olvidar lo que había escuchado. El juglar se compadeció de ella y se lo regaló… nunca había tenido un público tan entregado.
Al día siguiente, la muchacha se dirigió al Bosque Imaginado ––un bosque de color esmeralda–– primera etapa del viaje del romance del día anterior. Un habitante le comentó que durante algún tiempo, un unicornio vivió allí pero que tuvo que irse a recuperar la fantasía que estaban perdiendo los humanos.

Recibieron de él un mensaje a través de un cuervo en el que comentaba que había tenido que pasar por un desierto y una montaña mágica pero que todavía no había conseguido lo que buscaba. Con estos datos y un mapa que figuraba en el cuaderno de dibujos, Aldara se hizo una idea de por dónde podría estar.
Todavía tuvo que pasar por muchas pruebas y por muchos paisajes ––montañas de silicio y hasta el holograma de un mago–– pero llegó a encontrar al unicornio que se encontraba recostado descansado de su fatigoso viaje intentando traer de nuevo la fantasía a los humanos.
Aldara apoyó la cabeza del cansado animal sobre su regazo y la fantasía la inundó. Al día siguiente decidió acompañarle fuera cual fuera su destino.

Ratonet, 472 palabras sin el título
Imágenes
- Dados (Letrarium)
- Mapa y Unicornio (Pinterest)
RetoLetrarium
Letrarium es una red social de literatura para la difusión de artes, letras y autores cuyo banner puedes ver en la columna lateral por si quieres ampliar información.
El microrrelato que acabas de leer es mi propuesta para el reto de fantasía RetoLetrarium cuyas condiciones de participación puedes ver aquí:
Me encanta, te ha quedado muy bien… 🙂
Me gustaMe gusta
Muchas gracias! Tengo que reconocer que los dados han acompañado esta vez.
Besitos 😘
Me gustaMe gusta