Charlas con GPT

Mis charlas con GPT han ido en aumento y me parece que pueden dar para una serie de posts relacionadas con ellas. Para aspectos literarios dejan algo que desear, pero para aspectos técnicos pueden ser útiles.

A modo de ejemplo y sin que sirva de precedente le pedí que escribiera un relato de 300 palabras con la referencia de las cuatro primeras respuestas a este reto literario.

Aquí estamos una vez más con el #BiblioReto del #BosqueImaginado. A estas alturas ya sabes de qué va el cuento, pero si no es así tienes la ALT con toda la información, para que no te pierdas.
Si te animas ya serás por siempre habitante del Bosque Imaginado. pic.twitter.com/JYD0kHA9Os

— ɱâğade Qaɱar (@MagadeQamar) February 20, 2023

Relato

Este fue el relato «sin editar»:

Los árboles susurran al ritmo del corazón, un corazón que evita latir al sonar el viento en las ramas, en las tardes más románticas del mes de marzo, despierta al alba y el niño y la niña juegan en mi interior, con su columpio de cuerdas que cuelga de las ramas.

Recuerdo a aquel niño que valiente trepaba en mis ramas verdes, buscando la fruta más preciada, que nadie ha tocado y él era el afortunado a quien el amor esperaba. Y ahora, me dicen tu nombre, me invitan a amarte, me convidan a bailar a tu ritmo. Los pájaros empiezan a acompañarme con trinos y no puedo negarme a quererte.

Los árboles tienen vida que se refleja en sus colores, en sus hojas, en sus raíces. Cuentan historias, a veces tan vivas que las llevan marcadas en su tronco. Y laten, como los corazones, como las personas que le cuentan sus historias en busca de consejo y consuelo.

Me siento honrado de ser el guardián de esta historia de amor que se escribe día a día en mis ramas. Escucho sus susurros, sus risas, sus confesiones. Y aunque sé que un día tendrán que marcharse, que sus historias tendrán que continuar en otro lugar, siempre guardaré su recuerdo en mi corazón de árbol.

Conclusión

Como se ve, hay que hacer bastante trabajo de «edición» para que el resultado tenga ritmo y coherencia.

Esto me recuerda al reto de Escribir Jugando de julio de 2022 donde quienes participamos dimos vida a un robot. Cada cual a su manera.

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