Estaba yo dándole vueltas a cómo retomar mis viajes imaginados cuando este cuento de Martes de Cuento ilustrado por Israel Campos me dio unas cuantas ideas.
Caí en la cuenta de que soy medio persona y medio digital. Como persona, tengo la imaginación y como digital, tengo la red. Pero no toda la red, eso sería demasiado para un pequeño ratón como yo; sino solo la red a la que estoy conectado.
Hablando de Israel Campos, también aparece aquí:
Para ser PERVESOShttps://t.co/TEXOHMboL5@MadridSalonLibr #Galaxiadeletras#ilustracuento pic.twitter.com/M0Pr89aOkv
— La maleta de la Lili (@LamaletadelaLil) 23 de diciembre de 2016
Y aunque parezca otro cuento, tiene relación con los viajes imaginados.
En mi blog de aprendizaje, me he planteado un juego en red. Y creo que no me costaría mucho hacer una adaptación para este blog; aunque le añadiría un poquito de imaginación.
Además de las cartas tuiteras, le puedo añadir algo del juego literario de la semana pasada. El resultado sería un juego compuesto por tuits, dados y cartas, entre otros elementos. Sin olvidar los cuentos que leo cada semana.
Todo esto podría parecer un juego de caos y serendipia (que también), si no fuera porque los cuentos que se precien tienen que tener:
- Presentación
- Conflicto
- Desenlace
¿Te has liado bastante hasta aquí? ¡Perfecto! Ya tienes un ejemplo práctico de lo que es un conflicto.
El desenlace solo vendrá de algo parecido a cierto viaje en tren que ya conocías.
Un cuento se compone de un 10% de inspiración y un 90% de transpiración.
Llámale inspiración, imaginación o la palabra que te sea más afín. Después de ese encuentro sorpresa que tanto te ha alegrado el día, queda un arduo esfuerzo para que el cuento llegue a publicarse.
En cualquier caso, el camino, el viaje, siempre es más agradable que la meta final. La inspiración, imaginación, nunca van a faltar; pero el trabajo literario ya es harina de otro costal.
Imaginación, inspiración, incógnitas, ideas, Isla… parece que los sustantivos con «i» van a ofrecernos muchos este año 😉
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Ah, Martes! No te olvides de los ilustracuentos… 😉
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¡Mira!, otra «i» 😉
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Me encanta esto de los cuentos viajeros. A ver si la luna Qamar se suma a ello.
Besitos.
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Qamar, el 10% de imaginación lo llevamos bien. Pero el 90% de transpiración cuesta algo más.
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